sábado, 20 de diciembre de 2008

Otro hermoso cuento para ustedes...


UN CORAZON BONDADOSO

(Publicado en la Revista “Liahona”)

El viernes pasado, la policía del distrito de Columbia remató aproximadamente 100 bicicletas que no habían sido reclamadas.

“Un dólar”, dijo un niño de once años, al empezar el remate de la primera bicicleta.

Por supuesto, las ofertas fueron mucho más altas.

“Un dólar”, repetía el niño, con la esperanza de lograr una cada vez que remataban otra bicicleta.

El subastador, que había rematado bicicletas robadas o perdidas durante 43 años, se percató que las esperanzas del niño parecían aumentar cada vez que salía una bicicleta de carrera.

Finalmente, llegó el momento de rematar la última bicicleta de carrera que quedaba.

Las ofertas subieron hasta ocho dólares.

“¡Vendida a ese niño que está allí, por nueve dólares!”, dijo el subastador.

Sacó ocho dólares de su propio bolsillo y le pidió el dólar al muchacho.

El pequeño se lo entregó en monedas de un centavo, de cinco y de diez. Tomó la bicicleta y se dispuso a retirarse. Caminó unos pasos; y luego de estacionar cuidadosamente su nueva posesión regresó, y agradecido, abrazó al subastador y se echó a llorar…

*

¡Me encantan este tipo de cuentos!

No es sólo un cuento de AMOR, sino también un ejemplo… El niño no perdió las esperanzas; siguió ofreciendo su “dólar” hasta la última bicicleta… ¡y pasaron 99!

Les cuento, brevemente, algo que me sucedió hace muchos años…

Yo era voluntaria de un Hospital de Niños y para las fiestas siempre juntaba dinero entre mis compañeros de trabajo para compra juguetes para los niños internados.
El día que volvía en el tren, con una bolsa grande llena de juguetes que había ido a comprar por mayor, a Once, pasó un chico repartiendo estampitas; tendría unos 9 años…
Cuando volvió a pasar por al lado mío, saqué de la bolsa una bolsa (valga la redundancia) de soldaditos y se la di…
¡La carita que puso no se me borra hasta el día de hoy, chicos!
Fue y se sentó en el piso; y era tal la desesperación por abrirla que se le desparramaron las monedas que había juntado (pobrecito.
Cuando llegamos a la próxima estación, se bajó y se fue corriendo…

Se aproxima la fecha en que, los cristianos, festejamos el nacimiento de Jesucristo… Veamos en cada persona a ese hermoso niño Jesús y actuemos según nos dicte el corazón.

Las quiero mucho. Un beso grande.

3 comentarios:

Soledad Pérez dijo...

Bendiciones Mónica, siempre vengo a tu casa a fortalecer mi espíritu con los bellos cuentos que posteas.
Saco mis conclusiones; Dios siempre nos pide "más que palabras...hechos"
Con cariño
Soledad

SOFIASOL dijo...

Hola Moni, el niño que esta naciendo, nace en todos lados, solo es cuestion de verlo, de darse cuenta. Te quiero mucho, te agradezco la fortaleza que me das a traves de tus lecturas, un beso grande!!!! (y muchas felicidades apra vos desde hoy y para siempre!

Gaby dijo...

Feliz Navidad!
un beso grande y gracias por las historias que compartis con nosotros...